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Parque de la Alameda

Parque de la Alameda
¡ El Parque de la Alameda se viste de otoño! Vale la pena visitar Santiago

Día 2 de septiembre. Nuestra primera jornada, de Astorga a Ponferrada


Hoy el día ha amanecido fresco, muy fresco, pero despejado, como si nos quisiera animar a que emprendamos ya la marcha y sigamos a algunos peregrinos que ya nos llevan la delantera.

Son las 8,30 h y los termómetros no marcan más de 6 grados. Ya lo decidimos anoche. Hoy tocaba abrigarse. Hemos acordado salir desde la Plaza del Ayuntamiento, y Daniel, aunque no viene con nosotros, se ha brindado a levantarse temprano y tomar varios documentos gráficos de nuestra partida. 

Así que, una vez organizado todo, nos ponemos en marcha siguiendo las flechas amarillas que nos sacarán de Astorga.

Ya preparados, comprobamos que no nos falte nada
¡Que mejor fondo que el Ayuntamiento para inmortalizar nuestra salida!
Conectando el GPS que controlará todos nuestros movimientos

Como todo peregrino que se precie, nos deseamos suerte y buen camino
Siglos de historia son testigos de nuestra partida. No en vano la Plaza Mayor fue Foro Romano en la antigüedad
Salimos de Astorga y tomamos el camino hacia Valdeviejas y su ermita del Ecce Homo. Sólo eran unos pocos kilómetros los recorridos, pero cuando paramos a sellar la credencial, nos sentíamos incapaces de mover los dedos de las manos. Los teníamos helados. Menos mal que con el paso de las horas la temperatura fue subiendo, pero aún así el ambiente resultaba de lo más fresco.
En esta ermita nos estamparán el primer sello en ruta. ¡Es una pena que no se pueda ver el frío que hacía!



Nada más salir de la ermita nos encontramos la primera cuesta, un puente que atraviesa la carretera que va por debajo. Es muy corto, pero algunos bicigrinos tienen que echar el pie a tierra. Nosotros, por el momento, seguimos sobre la bicicleta. Hemos hecho entrenamientos más duros.

Seguimos hacia Murias de Rechivaldo, primer pueblo que nos vamos a encontrar en la misma carretera tras dejar atrás Astorga, y lo atravesamos por una calle lateral, tras salvar el cauce del río Jerga. 


Una pista de grava nos aleja de Murias, y tendremos una prolongada recta que nos llevará cruzando la LE-142 y de forma muy tendida, hasta Santa Catalina de Somoza, pueblo de arrieros maragatos que conserva unas casas con grandes portalones de madera y recias estructuras.


Por el momento compartimos el mismo trazado que los caminantes a pie


Esta etapa será equitativa en cuanto a kilómetros por tierra y kilómetros por asfalto

Santa Catalina de Somoza se atraviesa por al calle Real, y a la salida los peregrinos a pie recuperan el andadero de la LE-CV-192, pero nosotros iremos intercalando nuestra marcha, a veces junto a los caminantes y en zonas de mayor dificultad para la bicicleta nos desplazaremos por el asfalto.


Empieza a calentar el sol, y paramos para guardar nuestros cortavientos




En poco tiempo, y tras un ascenso casi imperceptible nos encontramos con la población del Ganso, con fuente de agua potable e iglesia en honor a Santiago cerrada. Serán muchas las iglesias que en nuestro recorrido nos encontremos cerradas, bien porque no están abiertas al culto o bien porque tienen unos horarios que no coinciden con los que nosotros llevamos. 



Dejando a un lado el cruce a Rabanal Viejo y Maluenga, y tras fundirse en este punto la LE-CV-192 con la LE-142, llegamos a Rabanal del Camino, donde haremos una parada para poder sellar la credencial. Para los peregrinos a pie, la novena etapa del Codex Calixtinus partía de León y finalizaba en Rabanal del Camino. Ahora son muchos también los peregrinos que dan por terminada su jornada en este punto del camino.


En este punto pararemos a sellar nuestra credencial


Todo el pueblo está ubicado en una fuerte pendiente
El pueblo se cruza por la calle Real, y tiene un desnivel importante a la hora de atravesarlo.Una vez sellada la credencial y tomadas unas fotografías que atestigüen nuestro paso por esta localidad, abandonamos Rabanal para encontrarnos unos kilómetros adelante con Focebadon, pueblo situado sobre el monte Irago y que en la actualidad sólo está vivo por el paso diario de peregrinos y algún que otro bar.

Empezamos a aproximarnos a la Cruz del Ferro
Ya llevamos aproximadamente la mitad de la etapa, y podemos estar a unos 600 m. de altitud, pero aún nos queda lo más duro del recorrido, y es la subida a la Cruz del Ferro, que nos aproximará a los 1.500 m. de altitud, el techo del Camino Francés en Castilla y León. 


Este monumento al que se refieren todos los peregrinos del Camino, no es más que una pequeña cruz de hierro aupada por un desproporcionado mástil de madera. De espaldas a la cruz es tradición arrojar una piedra al montón ya levantado. Un gesto calcado al que hacían los segadores gallegos cuando se desplazaban a Castilla para trabajar en los campos de cereal y también los arrieros y los pastores trashumantes. Nosotros, para no transgredir la tradición, también lo hicimos, pero dejamos cuidadosamente nuestras piedras en el suelo.

  
Aquí estamos, una vez depositadas nuestras piedras, como manda la tradición


La de Javier la pintó su hijo Dani, y representa el sky-line de Toledo
Una vez seguida la tradición, volvemos a tomar nuestras bicicletas y comenzamos a bajar, entre parajes de gran belleza, hasta el refugio de Manjarín, donde el hospitalero nos da la bienvenida y nos sella la credencial. Este refugio es mejor verlo por uno mismo, pues cualquier descripción que diéramos no se ajustaría a la realidad. Basta decir que es uno de los puntos de referencia para los peregrinos.




Como tiene banderas de todas las nacionalidades, Daniel opta por hacerse una fotografía con la de España, por eso de que tira mucho el país de uno. 


Una vez abandonamos Manjarín, y siempre por carretera, en esta zona los caminos para peregrinos no son muy aptos para las bicicletas, alcanzamos El Acebo, primera localidad del Bierzo. 




Paisaje en el descenso al Acebo

Una vez dentro de la población, todo es bajada




Encontramos una larga pendiente, que nos llevará hasta Molinaseca,atravesando primeramente Riego de Ambrós. La carretera comarcal LE-142 nos lleva directamente a desembocar al pie del Santuario de la Virgen de las Angustias, de finales del siglo XVII y que cede el paso al puente medieval sobre el río Meruelo, por el que entramos en Molinaseca.


Entrada a Molinaseca por el puente medieval 

Esta localidad, capital del municipio que también engloba a El Acebo y Riego de Ambrós, cuenta con una buena red de servicios para el peregrino. En Molinaseca  hacemos un alto en el camino para tomarnos un respiro y alguna que otra cerveza, que nos la merecemos con la etapa casi ya superada.
Javi ni siquiera se quita la mochila para tomarse la cerveza

El río Meruelo bajo el puente de Molinaseca
Aquí nos acompaña nuestra familia, que ha hecho la misma ruta que nosotros, pero como turistas, es decir en coche y con la cámara de fotos por todo equipaje. Serán ellos quienes nos tomen esta instantánea.






Una vez calmada la sed y recuperado el espíritu, nos ponemos de nuevo en marcha cruzando la localidad por la calle Real o del Camino de Santiago que desemboca en la avenida de Fraga Iribarne, junto a la LE-142.

Sólo nos quedan unos pocos kilómetros para Ponferrada, que recorreremos sin problemas, pues no hemos dejado de descender desde que salimos de la Cruz del Ferro.
 


Una vez en este punto y siendo ya las 14,00 h. damos por finalizada esta nuestra primera etapa. 

Desde la Cruz del Ferro el camino es una continua bajada






1 comentario:

  1. Hola guapos:
    Ya veo que Javi no ha tenido que llamar a la Cruz Roja de Astorga y las fotos de Daniel nos hacen sentir como si estuviesemos alli con vosotros. Felicidades Javi!!! Pasa muy buen dia. Besos a todos los demas y animo para los bicigrinos. Tomaros una cervecita a nuestra salud. Besos Chari

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